Es muy agradable salir a la calle por la tarde, que haga este sol y nada de frío. Pero todo el encanto que tiene el invierno, ¿dónde se queda?
Me imagino que todo esto del cambio climático tendrá que afectarnos de alguna manera a las personas, aunque sea a largo plazo o tan poco a poco que no nos demos cuenta. Este cambio tan grande no puede dejarnos indiferentes.
Y todo este asunto me ha hecho recordar un fragmento de un libro de Milan Kundera que me dio mucho que pensar cuando lo leí, hace ya varios años:
A lo largo de los últimos doscientos años el mirlo abandonó los bosques y se convirtió en un pájaro de ciudad. Esto ocurrió por primera vez en Gran Bretaña, ya a final del siglo dieciocho; algunos decenios más tarde sucedió en París y en la cuenca del Ruhr. Durante el siglo diecinueve el mirlo conquistó una tras otra todas las ciudades europeas. En Viena y Praga se asentó alrededor de 1900 y siguió luego hacia el oriente, hacia Budapest, Belgrado, Estambul.No cabe duda que desde el punto de vista del globo terráqueo, esta invasión del mundo de los seres humanos por el mirlo es más importante que la invasión de América del Sur por los españoles o el retorno de los judíos a Palestina. Un cambio entre las relaciones entre las distintas clases de seres vivos (peces, pájaros, hombres, plantas) es de un grado superior al cambio entre los distintos componentes de la misma clase. Si a Bohemia la habitaron los celtas o los eslavos, si la Besarabia es dominada por los rumanos o los rusos, al globo terráqueo le da más o menos lo mismo. Pero si el mirlo traiciona a la naturaleza original para ir a vivir junto al hombre en su mundo antinatural, algo cambia en el orden del planeta.
Sin embargo, nadie se atreve a explicar la historia de los últimos doscientos años como la historia de la invasión de las ciudades por los mirlos. Estamos tan dominados por una concepción anquilosada sobre lo que es importante y lo que es irrelevante, fijamos la vista angustiados sobre lo que es importante, mientras que lo irrelevante, disimuladamente y a nuestras espaldas, extiende sus guerrillas que, al fin y sin que nos percatemos, cambian el mundo y nos cogen desprevenidos.
El Libro de la Risa y el Olvido, Milan Kundera.
1 comentario:
Oohh! qué texto más bonito! y cuanta razón tiene! es cierto... y creo que cada uno de nosotros puede aportar su pequeño granito de arena para ayudar al mundo. Porque así... así la cosa va mal.
te recomiendo a Luis Sepúlveda, un escritor que he descubierto hace poquito pero que me encanta!!!
besitos, guapa!
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