23 de junio de 2009

Al fin y al cabo, y después de tanta espera, ya ha llegado el verano.
Al final siempre llega.
Y al final siempre se queda, ni más ni menos que el tiempo que tiene que quedarse.
Y toda la impaciencia resulta absurda, y distante, y dormida.
Y todos los planes se tranquilizan, como se tranquiliza la impaciencia delante del mar.

Voy a llevarla delante del mar. Con todas sus prisas, sus caprichos, sus impulsos. Y que se quede dormida.

1 comentario:

Fernando dijo...

Heyyy, actualizaste el día de mi cumple!!!

Y yo sin saberlo...

A veces creo que nací en estas fechas para empezar mis primeros días por el planeta en plenas vacaciones.