Lo que faltaba por oír...

Supongo que todo el mundo se habrá enterado ya de la última gran hazaña moralista de los Estados Unidos... Barrio Sésamo, no recomendada para menores de 18 años. ¿Homosexualidad? ¿Zoofilia? ¿Pederastia? ¿Discusiones de pareja? (entre Epi y Blas, claro) ¿Violencia?
Sólo el hecho de colocar el término "homosexualidad" junto a otros como "pederastia" ya me parece más que denunciable.
No voy a escribir aquí un listado de películas y videojuegos que realmente podrían dañar la sensibilidad de los niños (no nos pongamos a su nivel). Lo que sí podría citar, que parece que nadie cree necesario, es la gran cantidad de teleseries americanas para adolescentes y pre-adolescentes que no se disparan entre ellos, pero no se quedan cortos a la hora de enseñar "valores" de lo más apropiados para la edad... las mujeres; a estar guapas, competir entre ellas, criticarse y tener como único objetivo en la vida cazar al guaperas de turno que, por supuesto, es un as en los deportes y de muy buena familia (en fin, de buena familia son todos). Eso sí que es dañino, porque los niños se lo creen. Y las películas violentas... ¿qué más da, en realidad? Tenemos toda esa misma violencia, sólo que real, todos los días en el telediario. Uf, qué nerviosa me ponen estas cosas.
Y yo me pregunto... ¿qué pensarían en Estados Unidos todos esos brillantes educadores "bienintencionados" si allí se emitiera La Bola de Cristal?

Dirán lo que quieran, pero a mí los momentos de ver Barrio Sésamo a las 6 de la tarde con mi madre en el sofá, comiéndome un bocadillo de mortadela para merendar cuando fuera ya estaba oscuro, no me los quita nadie. Es uno de los recuerdos más nítidos que tengo de la infancia.