12 de agosto de 2007


Esta mañana he puesto la tele para desayunar y no he sido capaz de encontrar ni una sola serie de dibujos animados que ver... Me acuerdo de que cuando era pequeña mi hermano y yo nos levantábamos cada cual más temprano para poder hacernos con el mando de la tele y no levantarnos del sofá hasta la hora de comer... y había de todo: Lupin, Chicho Terremoto, Sailor Moon, Los Osos Amorosos, Bola de Drac, El Doctor Slump, Juana y Sergio, Ranma 1/2, Fraguel Rock, Punky Brewster (vale, aquí ya era más mayorcita... :-P), La Rana Raponchi, Musculman, Sherlock Holmes, Los Diminutos, Candy Candy, Fly... para todos los gustos y de todos los colores, suficientes para que mi hermano y yo pudiéramos pelearnos por ver explosiones o florecillas.
¿Y ahora qué? Cómo mucho puedes encontrar una pandilla de monstruos de movimientos mecánicos y poco creíbles (para ellos) o una panda de niñas bien vestiditas que se pelean para ver cuál está más guapa (para ellas).
Y todo lo demás; programas de zapping, de cotilleos y series de adolescentes pijos, estúpidos y hormonados.
En fin, cómo han cambiado las cosas.

Y es que nosotras éramos más de Pipi...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Se siguen haciendo consas lindas... pero tienes que tirar de internet.
Por cierto, esta tarde voy a ver la ultimísima película del estudio Ghibli que hace poco salió en DVD en Japón y ya me la he bajado.

Anónimo dijo...

osti Isa! bajate episodios de Pocoyó. Serie de animación infantil y española con mucho exito dentro y fuera de la península. El muñequito protagonista es enternecedor. Un besote, blanca, mañana playa!!!!

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón. Esta mañana estaba con mi sobriña de 3 años, cuidándola, viendo la tele... y unos dibujos que había en la 2 o en Canal 9 eran de estos que hacen ahora en 3D. Era un colegio, el profesor era un topo... la verdad es que no le ha hecho ni caso a los dibujos. Tampoco había nada más interesante en la tele.

Luego me la he llevado a los columpios, pero como quemaban por el sol, me la he tenido que llevar a casa otra vez.

Qué infancia más dura la de los niños de hoy.