
«Al conquistar los árabes Egipto, en el siglo VII, se interesaron especialmente por la alquimia allí desarrollada y por la facilidad de esta ciencia para proporcionar oro, al decir de los adeptos. Posteriormente, y en especial bajo las dinastías abasíes de Bagdad de Harun al-Raschid y Al-Mamun, germinó el saber hermético. A partir de ese momento, los árabes se interesaron por las obras griegas sobre alquimia y encargaron su traducción a sabios lingüistas. De esta manera se establecieron gran número de escuelas de traductores, estando algunas de las mejores en manos de los cristianos nestorianos y los sirios de Harran, que poseían una extraordinaria facilidad para los idiomas. Esta circunstancia hizo que fueran bien acogidas por los abasíes, pese a considerar a los traductores meros paganos adoradores de las estrellas».
El fragmento está extraído de un libro titulado Una historia mágica de los cuentos. Es muy interesante, estudia el origen de los cuentos y revela la infinidad de símbolos alquímicos que poseen en sus versiones originales, y que por supuesto se pierden en las versiones posteriores, que pretenden facilitar la comprensión a los niños, privándoles así de asimilar su verdadero sentido.

2 comentarios:
vaya, una entrada muy interesante. Buscaré el libro! hola!
hola mi niña... que bonito...
tengo un mensaje para ti...
www.fotolog.com/teatrelie
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