24 de abril de 2006




«Al conquistar los árabes Egipto, en el siglo VII, se interesaron especialmente por la alquimia allí desarrollada y por la facilidad de esta ciencia para proporcionar oro, al decir de los adeptos. Posteriormente, y en especial bajo las dinastías abasíes de Bagdad de Harun al-Raschid y Al-Mamun, germinó el saber hermético. A partir de ese momento, los árabes se interesaron por las obras griegas sobre alquimia y encargaron su traducción a sabios lingüistas. De esta manera se establecieron gran número de escuelas de traductores, estando algunas de las mejores en manos de los cristianos nestorianos y los sirios de Harran, que poseían una extraordinaria facilidad para los idiomas. Esta circunstancia hizo que fueran bien acogidas por los abasíes, pese a considerar a los traductores meros paganos adoradores de las estrellas».
Ohhh... creo es lo más bonito que he oído decir nunca sobre mi "profesión". :P
El fragmento está extraído de un libro titulado Una historia mágica de los cuentos. Es muy interesante, estudia el origen de los cuentos y revela la infinidad de símbolos alquímicos que poseen en sus versiones originales, y que por supuesto se pierden en las versiones posteriores, que pretenden facilitar la comprensión a los niños, privándoles así de asimilar su verdadero sentido.

2 comentarios:

Oreja dijo...

vaya, una entrada muy interesante. Buscaré el libro! hola!

Anónimo dijo...

hola mi niña... que bonito...

tengo un mensaje para ti...

www.fotolog.com/teatrelie