1 de marzo de 2006


Ya no recuerdo cómo empezar.
Mucho antes de imaginarlo caminaba sabiendo que algo llegaría. Algo en mi pereza me decía que una vez allí me ocuparía de saber llevarlo. Y todo aquello fue antes de la Lluvia.
(Y mucho antes de la Nieve).
Y mientras, la ciudad continúa inmóvil, recordándome que yo vine a ella. Se convierte en dibujo y en silbido.
Y la otra, más gris, más cuadrada, va durmiendo sus sonidos...

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